La teoria de Nostradamus

La teoría de Nostradamus

Llegaba de mi primer trote después de dos semanas de estar un poco enferma y con antibióticos, media bajoneada, porque mi rendimiento no era al que yo estoy acostumbrada, pero bueno, ya mejorara. Me di mi ducha de rigor, hidratación, y me senté frente a mi hija Camila a ver mis mails, ella en su notebook y yo en el mío una al frente de la otra, y empezamos a “ Peinar la muñeca”, como lo hacemos siempre, pero ésta vez fue una peinada más profunda y constructiva en que definitivamente no llegamos a ningún resultado real como siempre, pero fue bueno tocar el tema, tanto así, que aun está dando vueltas en mi cabeza.

El tema consistía en cómo comportarse cuando conoces a alguien y te gustó, claro, me refiero a; ¿quien llama primero?, ¿cuanto tiempo tiene que pasar?, si te llama… ¿como comportarse?, ¿será que quiere solo amistad?, ¿como saber si está interesado o no?, ¿y si lo llamo yo?, ¿o será mucho?, no, mejor que no, ¿o mejor que si?.
Uffffffffffffffffff, fue todo un tema. Lo peor de todo es que ambas estábamos en la misma situación, yo con 46, y ella con 21. Eso quiere decir que hay cero evolución en ese aspecto, porque yo estaba en la misma, con las mismas aprensiones y los mismos cuestionamientos, pensábamos: bueno, ¿y si los invitamos?, y nos respondíamos: ¿y si nos dice que no?, fue muy estresante. En definitiva, estuvimos a punto de llamar las dos y dejar de ser las divas que estamos acostumbradas a ser, esperamos que nos llamen y jamás marcamos el numero de alguien, aunque estemos muriendo, bueno aunque existen algunas excepciones, como cuando hemos tomado algunos tragos demás, y ahí sí que tenemos las agallas de tomar el teléfono y llamar hasta el papa, aunque sean las 5 de la mañana. Lógicamente al otro día quieres morir de vergüenza, pero así sucede, tanto así que nace el lema: “ Si me ven tomando, quítenme el celular”, ahí fue cuando pensé lo interesante que sería que fuéramos pitonisas, adivinos, profetas, cualquier don que nos permitiera no exponernos al rechazo, porque en definitiva, es esa la sensación la que no queremos sentir, yo me imagino que por el otro lado debe ser igual, o quizás no, jajajjaja como ven sigo confundida, creo que tendré que practicar más mis dones de presagio o definitivamente dejar de temerle al rechazo, o bien beber alcohol mas seguido, cosa que sería poco saludable, al final, si no damos las señales adecuadas, como se darán cuenta que estas esperando una cita o un encuentro??....... creo que pensare un poco más en ello, quizás llame o quizás no.
Como no puedo beber por los medicamentos, creo que tendré que superarlo o esperar a que termine el tratamiento.

Polet casi profeta… 